martes, 25 de enero de 2011

En Brasil la crisis de vivienda empeora el drama de las inundaciones.

Miles de familias que viven en zonas de riesgo no tienen donde reubicarse. Críticos advierten que el déficit de vivienda deja a los pobres a merced de nuevos desastres. Las recientes inundaciones en Brasil ya son el segundo desastre natural más grande en la historia del país y han cobrado más de 500 muertos.
La cantidad de lluvia que cayó en cuatro ciudades del estado de Rio de Janeiro habría causado grandes dificultades en cualquier país del mundo.
Pero en Brasil, una de las razones por las que el desastre natural se convirtió en tragedia humana tiene que ver con el problema de la vivienda en el país.
Pese a haber sacado a tanta gente de la pobreza en años recientes, Brasil no ha podido ofrecer vivienda a todas las familias de bajos y medianos ingresos.
Como resultado, muchos brasileños que incluso pueden tener acceso a bienes relativamente costosos como computadoras y neveras, no tienen alternativa distinta a vivir en las favelas, algunas de ellas construidas ilegalmente en áreas de alto riesgo, como ocurrió en Teresopolis y Nova Friburgo.
Zonas de riesgo
La presidenta brasileña Dilma Rousseff, que visitó el estado de Rio de Janeiro para observar el efecto de las inundaciones, aseguró que "cualquiera que gane menos de tres salarios mínimos no cuenta con los recursos para comprar una casa en un lugar seguro".
En la ciudad de Rio de Janeiro, no muy lejos de donde tuvieron lugar las inundaciones, el gobierno local estima que 117 de 197 comunidades de bajos ingresos tienen casas en áreas de riesgo.
En 9 de ellas, la comunidad entera está edificada en una zona de alto riesgo.
Según el estudio por el Instituto de Geotecnia del municipio de Rio de Janeiro, (Geo-Rio), 18.000 viviendas están ubicadas en zonas peligrosas.
El alcalde de Río admite que es imposible reubicar a 18.000 familias. En muchas comunidades, el gobierno local tendrá que mejorar la infaestructura hasta donde sea posible. En otras, las autoridades están instalando una red de alertas por teléfono móvil, que permita la rápida evacuación de zonas en donde llueva mucho.
Déficit de vivienda
Muchas personas no abandonan sus casas en las áreas de peligro simplemente porque no tienen adonde ir. Aunque el ingreso promedio en Brasil creció en años pasados, el precio de la vivienda sigue fuera del alcance para muchos.
El gobierno brasileño dice que el país debe construir 6.4 millones de casas para resolver el déficit de vivienda, pero otros estudios sugieren que la cifra real supera los siete millones.
Las familias de bajos ingresos solo pueden comprar casas con subsidios y préstamos del gobierno federal.
Sin embargo, un informe de Naciones Unidas asegura que muchas personas incumplen con sus obligaciones de deuda y que el modelo podría ser insostenible.
Brasil sigue intentando resolver el déficit de vivienda, esta vez con un programa llamado Minha Casa, Minha Vida (Mi Casa, Mi Vida) que sigue el mismo modelo de subsidios pero incluye también una fuerte inversión pública en el sector de la construcción.
El mes pasado, en uno de sus últimos actos como presidente, el entonces mandatario Luiz Inacio Lula da Silva anunció que la iniciativa había cumplido su meta de construir un millón de casas nuevas desde el inicio del programa en 2009.
El problema no es nuevo y ahora queda en las manos de la presidenta Dilma Rousseff, que apenas lleva un par de semanas en el poder. Tiene un fuerte respaldo en el congreso, pero su gobierno no ha indicado todavía cuales serán las políticas que expandan el crédito de vivienda a los pobres y ayuden a reubicar a los que viven en zonas de riesgo.
Si nada cambia, aquellos que viven ahí volverán a estar a merced de la naturaleza la próxima vez que el país experimente lluvias intensas.
FUENTE: BBC Mundo, BBC Mundo, actualizado: 17/01/2011


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario